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ARCADE FIRE: EL FUEGO QUE VINO DEL FRÍO

Por esta vez, los grandes candidatos a la revelación del año no vienen de Estados Unidos o Gran Bretaña sino de Canadá, y más precisamente de Montreal, una ciudad que nunca se destacó por sus credenciales rockeras (¿la herencia cultural francesa?). Con ustedes, Arcade Fire. (Nota originalmente publicada en 45 RPM).

DESPERTÁNDOSE

En 2000, el texano Edwin "Win" Butler se fue a Montreal, a estudiar filosofía en la Universidad McGill. Win es nieto de un guitarrista de jazz, además de admirador de Roy Orbison y Bob Dylan y lector apasionado de Fiodor Dostoyevski y George Orwell, y en la capital de Quebec decidió armar una banda. Una noche vio en vivo a un combo jazzero y le llamó la atención la cantante, una chica tres años mayor que él llamada Régine Chassagne, hija de haitianos que se refugiaron en Canadá, huyendo del régimen terrorista de los Duvalier y sus Tonton Macoutes. Win comenzó proponiéndole armar una banda juntos... y terminó proponiéndole matrimonio también, el que se celebró en 2003. En ese mismo año comenzó a tomar forma Arcade Fire ("fuego en el tragamonedas") que durante unos meses experimentó unos cuantos cambios de formación hasta que, a principios de 2004, se consolidó con Win (voz, guitarra, bajo, teclados), Régine (voz, acordeón, teclados, percusión, ¡zampoña!) más William Butler (hermano de Win, en voz, guitarra, bajo, percusión y teclados), Richard Reed Parry (bajo, guitarra, teclados, percusión), Tim Kingsbury (bajo, guitarra), Sarah Neufeld (violín) y Howard Bilerman (batería y percusión, remplazado tras el primer álbum por Jeremy Gara). Hay un invitado permanente: el violinista Owen Pallett, compañero de Sarah y Richard en la banda instrumental Bell Orchestre, que además de tocar en los discos y en las giras, es el autor de los arreglos de cuerdas y vientos junto con Régine. Otros músicos que suelen participar de las giras y grabaciones son la violinista Marika Anthony-Shaw y Colin Stetson, Kelly Pratt y otro Bell Orchestre, Pietro Amato, que conforman la sección de vientos. 

La ausencia de roles instrumentales fijos o la cantidad de integrantes no son las únicas notas llamativas de esta banda. Algunos de sus temas son bilingües (hay versos en francés, además de en el predominante inglés) y su menú tímbrico va bastante más lejos del estándar rockero de guitarra, bajo y batería: en sus canciones también pueden sonar acordeones, mandolinas, cornos franceses, violines, cellos, viejos Moogs, xilofones, ukeleles, arpas, hasta órganos de iglesia... La voz de enajenado de Butler le valió la comparación con las de Nick Cave, Ian McCulloch y David Byrne, y la densa musicalidad de la banda tiene fans del calibre de Bono, David Bowie, Chris Martin, David Byrne y el Indio Solari, quien afirmara en la encuesta de fin del año pasado de Clarín que el show de Arcade Fire que presenciara en Montreal era lo mejor que había visto en 2006. ¡Decididamente, este grupo merece una escuchada!

De esa primera época data un EP llamado “Us Kids Know”, que la banda vendía en sus shows, más o menos como cualquier grupo de barrio del Río de la Plata. (Con el éxito, el EP fue remasterizado y reeditado). A los pocos meses, los Arcade Fire consiguieron un contrato de grabación con un sello independiente, Merge Records.

UN FUNERAL QUE FUE UN NACIMIENTO

El primer disco, “Funeral”, fue editado en setiembre de 2004 en Canadá y en febrero de 2005 en el Reino Unido, siendo saludado enfáticamente por medios como Uncut, New Musical Express, Mojo y MTV2, además de la edición canadiense de Time: Arcade Fire fue la tapa de su número del 4 de abril de 2005, con el título de “la banda que puso a la música canadiense en el mapa mundial”. “Funeral” debe su título e hilo temático a la racha de nueve muertes de parientes que los miembros del grupo sufrieron antes y durante la grabación (!). Esto no debe hacer pensar que las canciones rebosen de tristeza mortuoria: de hecho, "Wake up" es gran candidata a mejor himno de estadios de la década (¡ese liberador estribillo a la Woodstock!), la dinámica "Rebellion (lies)" fue un hit menor, la angustiosa súplica de perdón de "Crown of love" se resuelve de modo más bien frenético, y no hay nada de bajoneante en muy buenas y melancólicas canciones pop como "Neighborhood # 1 (Tunnels)", "Neighborhood # 2 (Laika)", "Une année sans lumière", "Neighborhood # 3 (Power out)", "Neighborhood # 4 (7 Kettles)" o la dolida "Haiti"; sólo "In the backseat" es más bien tristona. Las melodías son atractivas, la interpretación animada, y la banda no cae nunca en la tentación de vender pomposidad o barroquismo a cuento de complejidad. Como disco debut, es difícil concebir algo mejor, más ambicioso y más original por estos días.

Durante el resto de 2005 vendieron una cantidad de discos increíble para una banda independiente y con escasa difusión mediática, y pronto comenzó la fiebre. David Bowie y David Byrne subieron a cantar con ellos en escena; los productores de la serie Six Feet Under les pidieron un tema ("Cold wind"); y la banda fue nominada a dos Grammys, por su disco debut y por "Cold wind". Además, el contagioso coro de "Wake up" no pasó desapercibido: la canción se usa para acompañar el ingreso de los jugadores de un tradicional equipo de hockey sobre hielo, los Rangers de Nueva York, así como se empleó en la apertura de cada show del Vertigo Tour 2005-2007 de U2. Arcade Fire incluso fue banda de apoyo de los irlandeses en tres actuaciones, y en la última de ellas hasta los acompañó en los bises, en una versión de un legendario tema de Joy Division, "Love will tear us apart".

REZANDO UN CREDO DE NEÓN

“Neon Bible” ("Biblia de neón"), segunda obra conceptual al hilo, fue editado en marzo de 2007, y pronto alcanzó buenas ventas y críticas en Canadá, EE.UU., Irlanda y el Reino Unido. El álbum tiene un sonido acorde a su temática: fue grabado en el interior de una iglesia, a la que hubo que refaccionar porque estaba en ruinas... El rechazo a los fantasmas apocalípticos liberados por el auge del fundamentalismo bíblico y por las ansias megalomaníacas de la pandilla de otro texano, George W. Bush, marca el tono de las letras ("si la Biblia de neón está en lo cierto / no hay muchas posibilidades de sobrevivir", "Neon Bible"). La intensa "Black mirror" abre el álbum advirtiendo que "un [nuevo] tiempo se acerca", antes de rogarle al espejo negro del título que le muestre "dónde caerán sus bombas". "(Antichrist television blues)" tiene un aire a parábola dylaniana, con un pobre diablo que ruega a Dios que su hija sea estrella de TV para poder salir de perdedor. La letra de "Keep the car running" es una pesadillesca mezcla de "El Proceso" de Kafka con "1984" de Orwell. "Ocean of noise", cuyo tema es un apocalipsis personal ya que no planetario (la crisis de una pareja) es casi una página de The Bad Seeds. "No cars go" recuerda a "Even better than the real thing" de U2, y cierra el disco por todo lo alto la sobresaliente y torturada / esperanzada canción de amor "My body is a cage". El resto de las canciones acompaña muy dignamente, sin brillar.

Aún sin alcanzar la cumbre que sigue siendo "Funeral", el resultado es muy bueno, y deja con ganas de esperar el tercer trabajo de una banda que está para las ligas mayores.

A menos que esté en lo cierto la Biblia de neón.

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