Reseña crítica: En una caótica ciudad llamada Kimanga City, cubierta de una enrarecida atmósfera psicodélica, producto de una nueva droga, comienzan a sucederse crímenes salvajes aparentemente bajo las garras de una pequeña criatura de peluche. Dos detectives tratan de resolver el caso, pero a medida que la trama avanza, surgen complicaciones no solo del orden extraterrestre sino también dificultades metafísicas. Lo primero que llama la atención de esta película es que el título y diálogos están en inglés. En el contexto de la historia del cine, casi siempre que se ha rodado en un idioma no nativo, fue por motivos comerciales (los italianos han filmado gran cantidad de películas en inglés, con cara al mercado anglosajón). Lo curioso en la película que nos ocupa es que los nombres del elenco y responsables de rubros técnicos han sido dejados en su idioma nativo; si fuera el caso de venta al exterior, los directores podrían haber sido acreditados como August Gentleman y Mark Meron. Sin embargo este no fue el caso. La película es un intento de comedia fantástica, no solo por la presencia de un muñeco de peluche asesino (que parecería un osito más que un cerdo), sino por la sucesión de bromas en forma de juegos de palabras por la transposición del idioma inglés con términos propiamente argentinos o latinoamericanos. La constante presencia de simbolismo homosexual, un misticismo satírico y la presencia de algunos sodomitas, la hace parecer del sello Gorevision, sin embargo la similitud se quiebra en el minuto 53, en que tenemos la secuencia de un asesinato mostrado en contrapunto con un sujeto duchándose, un momento de riqueza cinematográfica sin precedente en los anteriores minutos. La presencia de un rabino vampiro con un solo colmillo y una docena de extraterrestres estilo BAD TASTE, añaden variedad al aquelarre. [Cinefania.com]
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