Reseña crítica: Año 2154: Un marine parapléjico llamado Jake Sully (Sam Worthington) es enviado al satélite Pandora donde se enrola en el equipo de la Dra. Augustine (Sigourney Weaver), que ha desarrollado unos seres biológicos teledirigidos denominados "avatars". En apariencia son idénticos a los habitantes de Pandora, pitufos de tres o cuatro metros de estatura que viven en tribus y que son conocidos como "Na'vi". Controlado remótamente por Jake, su avatar recorre los agrestes bosques de Pandora en busca de infiltrarse entre los Na'vi y conocer más acerca de su forma de vida, organización y debilidades. Esta misión es vital para los intereses de una angurrienta corporación terrestre, que necesita extraer un mineral raro, el "unobtainium", cuyos depósitos se encuentran debajo de la sequoya donde tiene asiento la ciudad de los Na'vi. Conoce a Neytiri (Zoe Saldana) y, previsiblemente, se enamora teniendo que enfrentar al dilema de seguir sus órdenes o proteger al mundo amenazado de los Na'vi. Aparece el villano de turno, el cruel Coronel Quaritch (Stephen Lang) que trata de acelerar los plazos de extracción del mineral, y es su falta de paciencia que provoca el encono de Jake, de la Dra. Augustine y sus ayudantes. El resto es tan previsible como lo dicho hasta ahora. En general, uno siempre tiende a señalar la injusticia del reparto de premios de la Academia de Hollywood, pero con AVATAR fue todo lo contrario, recibiendo nominaciones por los rubros fundamentales (película y dirección, por ejemplo), pero ganándolo solo por efectos visuales, fotografía y dirección de arte. Y ya lo dice el saber popular, "cuando uno sale del cine comentando que buena música, que buena fotografía, que buen montaje, etc., es que la película en sí no era muy buena". Que AVATAR nos brinda un update tecnológico en lo relacionado a las técnicas del 3D y CGI es innegable. Otro tanto se podría decir de la estrategia de mercadotecnia para la difusión y explotación comercial de 162 minutos de entretenimiento, o como recuperar en siete días una inversión de más de $240 millones. Pero en lo puramente cinematográfico, el film no aporta nada novedoso sino una sumatoria de ingredientes tomada de estos precedentes: THE MATRIX (Matrix-1999) acerca de los mundos virtuales, THE LORD OF THE RINGS (El Señor de los Anillos-2001) acerca de la creación de un mundo fantástico con personajes de diversas tallas, lenguaje propio, etc. STAR WARS (La Guerra de las Galaxias-1977) acerca de la combinación de serial de aventuras con elementos de ciencia-ficción y, más atrás en el tiempo, WHITE SHADOWS (Sombras Blancas en los Mares del Sur-1928) con el tirón de orejas a la raza blanca por el colonialismo salvaje y sus consecuencias nefastas para los pueblos colonizados ahora apuntado a la políticamente correcta concientización ecológica. Pero AVATAR amalgama y simplifica todo: los Na'vi son todos buenos, sin excepción. Los malos son enteramente malos, de la mañana hasta que se duermen. No hay personajes, por ende, sino arquetipos esquemáticos cuidadosamente pergeñados para que no obstruyan lo que el público realmente quiere ver: los avances tecnológicos y la vertiginosidad del 3-D. La "chatarra visual del mañana" - a decir de un honesto crítico - es el plato fuerte del film: Cameron, que patentó junto a Vince Pace la Reality Camera System para rodar película estereoscópica en 3-D, es el director sin dudas (y el productor que asumió notorios riesgos y obtuvo pingües beneficios). Pero llamar "film" a AVATAR es contradictorio para un producto de naturaleza tan netamente digital como este. [Cinefania.com]
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